dos inviernos después todavía no me acostumbro a bailar para alguien, a ir al cine sin vos y a no tomar cerveza por la tarde.
ya no sonrio tontamente por la calle ni en los colectivos y ya no quiero pensar que soy perfecta para alguien.
ya no sonrio tontamente por la calle ni en los colectivos y ya no quiero pensar que soy perfecta para alguien.