Lo miró fijo. Le dijo muchas cosas que nadie escucho. Esperaba que él las comprendiera, ojalá lo hiciera. No podía explicarle, no podía abrir sus labios, solo tenía permitido mirarlo.
Ella creyó ver lo mismo en su mirada, creyó obtener la respuesta que necesitaba. Le sonrió tibia y no lo miró más.
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